Su nombre representa algún vínculo relacionado con la iglesia, con los santo, con lo bendito...pero no esta del todo claro. Me las imaginé cómo monjes errantes que vagan por las calles del pueblo. sus pies no son visibles, sus manos, enmarañadas sobre la túnica, y su rostro...su rostro tapado con la capucha de la túnica. Caminaban lentamente, sin ocasionar ruido alguno. Y al encontrarse con alguien, desaparecen, entrando en la mente de la persona en cuestión y profanando su imagen. Casi siempre, niños son sus victimas y ancianas. estas últimas los ven cómo sus antiguos maridos, novios, o incluso hijos fallecidos. pero para los niños es mucho más cruel. Hay canciones, distintos tipos de poemas, que hablan de la invocan con a la animas benditas. Los niños, a ritmo de la comba, cantaban las canciones a pleno pulmó en las calles. Y, a causa de esto, casi todos los precentes en el juego, soñaban con estos atípicos monjes.
Aunque en guatemala esta leyenda se a manejado de muchas formas tal es el caso siguiente:
Sucedió unos días antes del terremoto de 1917, en el barrio de la Recolección. Todas las noches de los viernes, a eso de las doce, se escuchaban ruidos y pasos en la calle como si fuera una procesión.
Los vecinos asustados comentaban que no era prudente salir, pues estos personajes eran almas en pena que buscaban llevarse a otro mortal con ellos.
Pero Luis, un joven atrevido, no quiso quedarse con la duda y se quedó a esperar al cortejo la noche que sus abuelos comentaban sobre el tema.
Eran las doce de la noche cuando salió a la ventana, vio pasar un centenar de personas cubiertas con ropas oscuras, cucurucho o capirote, y una vela encendida en la mano. Iban rezando, pero no se entendía lo que decían. De pronto uno de ellos se acercó a él y le entregó una candela.
El muchacho la recibió asustado y sin moverse se quedó paralizado con la vela hasta
![](http://estaticos01.cache.el-mundo.net/elmundo/imagenes/2009/04/08/1239186232_1.gif)
A la mañana siguiente, encontró entre sus manos un fémur en lugar de la candela.
Aterrado llamó a un amigo y le pidió consejo. Éste le recomendó que saliera otra vez en la noche y que devolviera el hueso al personaje que se lo dio.
Así lo hizo, pero con tan mala suerte que cuando se acercó el cortejo, el misterioso personaje en lugar de recibirle la candela lo tomo del brazo y se lo llevó con ellos. Desde entones nadie volvió a saber de Luis.
Otras versiones de barrios de esta historia, refieren que algunas personas se salvaron de los penitentes cuando acudieron la noche siguiente acompañados de un niño pequeño.En Guatemala se manejan de muy distuntas formas las leyendas.